martes, 5 de junio de 2012

Gatito y el balón”: como en el futbol, lo importante es compartir.



En estos días llega a las librerías de varios países Gatito y el balón, álbum para primeros lectores escrito por el cubano Joel Franz Rosell e ilustrado por la alemana Constanze von Kitzing, editado en formato “a la italiana”, es decir más largo que alto, en grueso papel “de brillo” que garantiza la calidad de los colores y cierta resistencia a la manipulación a veces ruda de los pequeñajos. Varios países y varias lenguas, puesto que este libro se publica simultáneamente en siete lenguas: castellano, catalán, gallego, vasco (en lo que concierne a España), italiano, inglés y portugués.

La edición original es de Kalandraka, editorial que habitualmente publica en castellano y gallego, mientras las otras versiones son coediciones con editoriales de Cataluña y el País Vasco español, o con editoriales de otros países.

Gatito y el balón es un cuento para chicos de 3 a 5 años y su trama es sencilla: Gatito descubre un balón abandonado delante del edificio al que acaba de mudarse. Su madre le explica que solo puede quedarse con él si comprueba que no pertenece a ninguno de los vecinos. Preguntando puerta por puerta, Gatito va conociendo a los otros pequeños del edificio: Pata, Ardilla, Conejo y Erizo… que resulta ser el dueño, pero se alegra tanto de recuperar su balón como de que son bastantes para jugar con él.


Las muy eficaces ilustraciones de Constanze von Kitzing aportan ternura, eficaces colores en tonos pastel y los detalles de ambiente que no puede aportar un texto tan parco como el que se espera en los libros para las edades tempranas. A juzgar por la capacidad de esta ilustradora para crear sus personajes, no sorprenderá que Gatito y sus amigos se conviertan en los preferidos de los pequeños. Es que este bonito álbum es el primero de una serie cuya segunda entrega está prevista a fines del otoño. http://elpajarolibro.blogspot.fr/2012/05/acaban-de-llegar-los-almacenes-de-la.html

Gatito y el balón no es el típico libro oportunista y no aprovecha la Eurocopa para cubrir una transitoria demanda de libros con tema futbolístico. Si así fuera, no lo editaría la prestigiosa Kalandraka ni hubiera salido apenas una semana antes del primer match del campeonato europeo de naciones. Tampoco sería obra de Joel Franz Rosell, quien en 30 años de carrera nunca ha firmado textos de ocasión. Sin embargo, no se puede pasar por alto el “mensaje” de la sencilla historia: compartir es la mejor manera de poseer. Inculcar en los niños pequeños, que tienden naturalmente al egocentrismo, la necesidad de saber compartir, es algo imprescindible. Se trata, por otra parte de un valor deportivo (y por tanto futbolístico) que resulta particularmente importante subrayar en momentos de importantes competencias internacionales durante las cuales pueden resultar sobredimensionados aspectos negativos del deporte de alto rendimiento como la rivalidad, el nacionalismo o el enriquecimiento fácil.


Seamos pues oportunistas (en el buen sentido) y aprovechemos la Eurocopa 2012, el Mundial de Brasil en 2014 y cualquier otra ocasión que se nos presente para explotar el interés por el fútbol para poner en manos de los más pequeños una bonita historia de descubrimiento del otro, que empieza por el hallazgo de un balón abandonado y termina por el primer juego de un nuevo grupo de amigos.

L. García Nemo